Teatro militante

Radicalización artística y política en los años 70


En los años 60-70 se puso en marcha en la Argentina un proceso de constitución de una identidad social que dio como resultado la transformación del campo cultural en general y del teatral en particular. La centralidad de la política en el pensamiento y de la acción como práctica política cubrieron todos los aspectos de la vida en este período, y los agentes culturales se vieron particularmente interpelados. Comenzaron a desarrollarse, entonces, prácticas culturales militantes, entre ellas, las que Lorena Verzero define como teatro militante. Este teatro estableció relaciones dialécticas con prácticas afines desarrolladas desde otras disciplinas (el cine militante, la canción popular o las artes visuales), pero también con otros sectores del campo teatral (como el realismo crítico y la experimentación vanguardista, el teatro oficial, el teatro popular-comercial o el Teatro Independiente), que tomaron distintas opciones frente a las transformaciones sociopolíticas. Entre otras, en este libro se reconstruyen las experiencias de colectivos como Octubre (encabezado por Norman Briski), el Centro de Cultura Nacional José Podestá (liderado por Juan Carlos Gené e integrado por numerosas figuras reconocidas públicamente), Machete y Grupo de Teatro Periodístico (ambos coordinados por Augusto Boal), Cumpa (dirigido por Mauricio Kartun), Libre Teatro Libre (con María Escudero a la cabeza) y Once al Sur (guiado por Oscar Ciccone), en las tramas de relaciones en las que se desarrollaron.

Teatro militante de Lorena Verzero

$30.600,00

Ver formas de pago

Aviso importante: Los libros adquiridos entre el 5 y el 17 de octubre se entregarán o despacharán el 18 de octubre.

Calculá el costo de envío

Teatro militante

Radicalización artística y política en los años 70


En los años 60-70 se puso en marcha en la Argentina un proceso de constitución de una identidad social que dio como resultado la transformación del campo cultural en general y del teatral en particular. La centralidad de la política en el pensamiento y de la acción como práctica política cubrieron todos los aspectos de la vida en este período, y los agentes culturales se vieron particularmente interpelados. Comenzaron a desarrollarse, entonces, prácticas culturales militantes, entre ellas, las que Lorena Verzero define como teatro militante. Este teatro estableció relaciones dialécticas con prácticas afines desarrolladas desde otras disciplinas (el cine militante, la canción popular o las artes visuales), pero también con otros sectores del campo teatral (como el realismo crítico y la experimentación vanguardista, el teatro oficial, el teatro popular-comercial o el Teatro Independiente), que tomaron distintas opciones frente a las transformaciones sociopolíticas. Entre otras, en este libro se reconstruyen las experiencias de colectivos como Octubre (encabezado por Norman Briski), el Centro de Cultura Nacional José Podestá (liderado por Juan Carlos Gené e integrado por numerosas figuras reconocidas públicamente), Machete y Grupo de Teatro Periodístico (ambos coordinados por Augusto Boal), Cumpa (dirigido por Mauricio Kartun), Libre Teatro Libre (con María Escudero a la cabeza) y Once al Sur (guiado por Oscar Ciccone), en las tramas de relaciones en las que se desarrollaron.

Mi carrito