La pieza teatral "Kaspar" trata sobre el sometimiento y la destrucción de un joven inocente y embrutecido por falsos valores sociales. La obra, que según Handke podría tomarse como una investigación verbal, "no muestra lo que realmente sucede o sucedió con Kaspar Hauser, sino que muestra lo que es posible hacer con alguien". Por su parte, la pieza "El Pupilo quiere ser Tutor" fue escrita sobre los ecos de las protestas y huelgas europeas que sucedieron a la revuelta juvenil francesa de mayo de 1968 y tras la invasión soviética a Checoslovaquia. En esta obra que privilegia la acción por sobre las palabras, Handke plantea las relaciones de poder a través de un tutor decididamente dominante y su pupilo que lo imita, buscando superarlo y reprimiendo al mismo tiempo sus deseos de enfrentarlo. El recurso utilizado en "El Pupilo…" es exactamente opuesto al de "Kaspar", sin que se pronuncie una sola palabra. Aquello que "Kaspar" lograba por extralimitación, "El Pupilo…" lo consigue por omisión. Mientras que en "Kaspar" las palabras resultan un tormento hasta llegar a un vacío absoluto, en "El Pupilo…" se llega al mismo resultado por un camino diferente: el vaciamiento de contenido no ya de las palabras sino de las acciones de la obra.
La pieza teatral "Kaspar" trata sobre el sometimiento y la destrucción de un joven inocente y embrutecido por falsos valores sociales. La obra, que según Handke podría tomarse como una investigación verbal, "no muestra lo que realmente sucede o sucedió con Kaspar Hauser, sino que muestra lo que es posible hacer con alguien". Por su parte, la pieza "El Pupilo quiere ser Tutor" fue escrita sobre los ecos de las protestas y huelgas europeas que sucedieron a la revuelta juvenil francesa de mayo de 1968 y tras la invasión soviética a Checoslovaquia. En esta obra que privilegia la acción por sobre las palabras, Handke plantea las relaciones de poder a través de un tutor decididamente dominante y su pupilo que lo imita, buscando superarlo y reprimiendo al mismo tiempo sus deseos de enfrentarlo. El recurso utilizado en "El Pupilo…" es exactamente opuesto al de "Kaspar", sin que se pronuncie una sola palabra. Aquello que "Kaspar" lograba por extralimitación, "El Pupilo…" lo consigue por omisión. Mientras que en "Kaspar" las palabras resultan un tormento hasta llegar a un vacío absoluto, en "El Pupilo…" se llega al mismo resultado por un camino diferente: el vaciamiento de contenido no ya de las palabras sino de las acciones de la obra.