Teodoro Tigrov ha sido asesinado a golpes de martillo.
Su atribulada amante, Odette Malheur, fue testigo del asesinato. Pero la noche supo ocultar el rostro del asesino.
Será Odette, entonces, quien decida poner en marcha el plan para revelar la identidad del criminal: el primer paso será convocar a sus hermanos: Lise y Alberto Malheur - a quienes no ve desde hace veinte años, desde que unió su vida a la de Teodoro – para que la ayuden con la investigación.
Los sospechosos son cinco: Mijail y Sonja Tigrov (oscuros y melancólicos mellizos –hijos de Teodoro Tigrov y Odille Malheur (hermana gemela de Odette, muerta hace ya veinte años) y Alex, Damien y William Richardson, hijos del mismo Teodoro y una tal Margaret Richardson (que Teodoro supo ganarse en una fasta mesa de póquer.)
Los cinco sospechosos son –claro- hijos del mismo padre.
Pero no lo saben.
O eso al menos simulan.
Odette teje las redes y convoca a la fuerzas del mal para que el deseo envenene el aire.
Lo que sigue es una innumerable cantidad de historias apasionadas, de melodías exaltadas, de deseos sin cauce, de cuerpos entregados a la pasión más descontrolada. Esta irrefrenable catarata de emociones llevará a un final único y desmesurado que sólo sabrá encontrar su límite frente a la caída del telón
Teodoro Tigrov ha sido asesinado a golpes de martillo.
Su atribulada amante, Odette Malheur, fue testigo del asesinato. Pero la noche supo ocultar el rostro del asesino.
Será Odette, entonces, quien decida poner en marcha el plan para revelar la identidad del criminal: el primer paso será convocar a sus hermanos: Lise y Alberto Malheur - a quienes no ve desde hace veinte años, desde que unió su vida a la de Teodoro – para que la ayuden con la investigación.
Los sospechosos son cinco: Mijail y Sonja Tigrov (oscuros y melancólicos mellizos –hijos de Teodoro Tigrov y Odille Malheur (hermana gemela de Odette, muerta hace ya veinte años) y Alex, Damien y William Richardson, hijos del mismo Teodoro y una tal Margaret Richardson (que Teodoro supo ganarse en una fasta mesa de póquer.)
Los cinco sospechosos son –claro- hijos del mismo padre.
Pero no lo saben.
O eso al menos simulan.
Odette teje las redes y convoca a la fuerzas del mal para que el deseo envenene el aire.
Lo que sigue es una innumerable cantidad de historias apasionadas, de melodías exaltadas, de deseos sin cauce, de cuerpos entregados a la pasión más descontrolada. Esta irrefrenable catarata de emociones llevará a un final único y desmesurado que sólo sabrá encontrar su límite frente a la caída del telón