Una de las figuras más destacadas del escenario argentino contemporáneo, Daulte tiene una impresionante trayectoria de obras exitosas tanto en términos de la crítica como en los de la taquilla. El éxito de Daulte se debe en gran parte a su capacidad, nada común, de atraer y satisfacer a dos tipos de espectadores bien distintos: los que van al teatro para pasarlo bien y escaparse de los problemas del mundo durante un rato, y los otros, los que van al teatro en búsqueda de alguna innovación artística o algún desafío intelectual. () Quizá la singularidad de la obra de Daulte reside en el hecho de que él no escoge de antemano una verdad, un mensaje importante, que quiere impartir, ya que reconoce que siempre hay múltiples verdades. () Su obra es invariablemente capaz de estimular a su público a reflexionar y aun buscar significado (por bien personal que sea), o por lo menos plantearse algunas preguntas serias, hasta filosóficas, en cuanto a la naturaleza del ser humano y su sociedad, preguntas que pueden o no tener respuesta. Como la mayor parte de su obra, las cinco piezas aquí reunidas no sólo nos entretienen y nos hacen reír (de hecho, mucho) sino que también nos acercan a cuestiones y situaciones que nos desconciertan, nos permiten ver el lado oscuro del ser humano, y nos empujan a preguntar ¿por qué? Sin embargo, hay que subrayar que aquí, como en toda la obra de Daulte, se presentan los problemas para que el espectador pueda entreverlos y reflexionar en ellos (si uno tiene ganas), pero no se resuelve nada. Daulte se niega, de forma terminante, a ofrecer soluciones. Sólo esboza las preguntas; las respuestas están a cargo del espectador.
Este volumen incluye los textos dramáticos: Caperucita, Vestuario de hombres, Vestuario de mujeres, Óbito y El vuelo del dragón.
Una de las figuras más destacadas del escenario argentino contemporáneo, Daulte tiene una impresionante trayectoria de obras exitosas tanto en términos de la crítica como en los de la taquilla. El éxito de Daulte se debe en gran parte a su capacidad, nada común, de atraer y satisfacer a dos tipos de espectadores bien distintos: los que van al teatro para pasarlo bien y escaparse de los problemas del mundo durante un rato, y los otros, los que van al teatro en búsqueda de alguna innovación artística o algún desafío intelectual. () Quizá la singularidad de la obra de Daulte reside en el hecho de que él no escoge de antemano una verdad, un mensaje importante, que quiere impartir, ya que reconoce que siempre hay múltiples verdades. () Su obra es invariablemente capaz de estimular a su público a reflexionar y aun buscar significado (por bien personal que sea), o por lo menos plantearse algunas preguntas serias, hasta filosóficas, en cuanto a la naturaleza del ser humano y su sociedad, preguntas que pueden o no tener respuesta. Como la mayor parte de su obra, las cinco piezas aquí reunidas no sólo nos entretienen y nos hacen reír (de hecho, mucho) sino que también nos acercan a cuestiones y situaciones que nos desconciertan, nos permiten ver el lado oscuro del ser humano, y nos empujan a preguntar ¿por qué? Sin embargo, hay que subrayar que aquí, como en toda la obra de Daulte, se presentan los problemas para que el espectador pueda entreverlos y reflexionar en ellos (si uno tiene ganas), pero no se resuelve nada. Daulte se niega, de forma terminante, a ofrecer soluciones. Sólo esboza las preguntas; las respuestas están a cargo del espectador.
Este volumen incluye los textos dramáticos: Caperucita, Vestuario de hombres, Vestuario de mujeres, Óbito y El vuelo del dragón.